viernes, 9 de diciembre de 2016

Radiación Térmica




Radiación Térmica
Autor: Cliffor Jerry Herrera Castrillo



Radiación Térmica
La mayoría de los objetos se ven gracias a la luz que reflejan. Sin embargo a temperaturas suficientemente elevadas, los cuerpos se vuelven autoluminosos y se puede ver que brillan en la oscuridad. Los filamentos de una lámpara incandescente y una fogata son ejemplos comunes. Si bien se ven tales objetos por medio de la luz visible que emiten, no se tiene que quedar mucho tiempo frente a una fogata para percatarse que también emite copiosamente en la región del infrarrojo del espectro. Es un hecho curioso que la física cuántica, que domina la visión moderna del mundo que nos rodea, surgió del estudio en condiciones controladas de laboratorio de las radiaciones emitidas por cuerpos calientes.

La radiación emitida por un cuerpo a causa de su temperatura se le llama radiación térmica. Los cuerpos no solo emiten tal radiación sino que también la absorben de su entorno. Si un cuerpo está más caliente que su entorno emite más radiación de la que adsorbe y tiende a enfriarse. Normalmente llegara a un equilibrio térmico con su entorno, una condición en que sus velocidades de absorción y emisión de radiación son iguales.
El espectro de la radiación térmica de un cuerpo solido caliente es continuo, dependiendo mucho sus detalles de temperatura. Si se quisiera elevar uniformemente la temperatura de un cuerpo, se notarían dos cosas:}

§  Cuanto más elevada es la temperatura, mayor radiación térmica se emite, al principio el cuerpo se ve oscuro, luego resplandece.
§  Cuanto más elevada la temperatura, más corta será la longitud de onda de aquella parte del espectro que irradia más intensamente,
El color predominante del cuerpo caliente cambia del rojo oscuro al amarillo naranja oscuro y al “blanco vivo”. Puesto que las características de su espectro dependen de la temperatura, se puede calcular la temperatura de un cuerpo caliente, como puede ser un lingote caliente de acero o una estrella, a partir de la radiación que emite.  
La radiación emitida por un cuerpo caliente depende no solo de la temperatura sino también del material del que está hecho, su forma y la naturaleza de su superficie. Por ejemplo, a 2000 k  una superficie de tungsteno plana y pulida emite radiación a razón de 23,5 W/cm²; sin embargo, en el molibdeno la cantidad correspondiente es de 19,2 W/cm². En cada caso la cantidad aumenta un tanto cuando la superficie es rugosa.
El “problema de radiación” puede hacerse manejable si se introduce un “radiador ideal” en el que el espectro de la radiación térmica emitida depende sólo de la temperatura del radiador y no del material, la naturaleza de la superficie, u otros factores. 


Teoría clásica de la cavidad radiante 

A principios de 1900, Lord Rayleigh (1842-1919) y Sir  James Jeans, (1877-1946), presentaron un modelo clásico de la densidad de energía de la radiación de  cavidad (cuerpo negro). La teoría, iniciada por Lord Rayleigh y modificada posteriormente por Jeans usaba la equivalencia matemática entre una onda estacionaria y un oscilador armónico. Suponga una pieza metálica que contiene una cavidad, calentada uniformemente a temperatura T. Los electrones de las paredes se agitan térmicamente y emiten radiación electromagnética dentro de la cavidad. En la cavidad se establece y se mantiene un equilibrio térmico mediante la absorción y re-radiación de la energía por las paredes.
Rayleigh y Jeans demostraron que la radiación dentro de cada cavidad de volumen V consta de ondas estacionarias con nodos en las paredes: calcularon el número de ondas estacionarias para un intervalo de frecuencias
La irradiación, que es proporcional a la energía por unidad de volumen en la cavidad, debe ser proporcional al producto del número de modos por unidad de volumen y la energía media por modo.   
Este razonamiento nos conduce a la fórmula de Rayleigh-Jeans

La fórmula de Rayleigh-Jeans está de acuerdo con la experiencia sólo a bajas frecuencias (o altas longitudes de onda); a frecuencias altas (o bajas longitudes de onda) claramente es errónea porque aumenta (como v2) sin alcanzar un máximo.

El aumento monótono con la frecuencia de la fórmula de Rayleigh-Jeans se denominó la «catástrofe ultravioleta». Al comparar la última ecuación con los  resultados experimentales queda de  manifiesto un error en la teoría clásica.  Esta última predice una energía infinita, lo  que difiere del resultado experimental.
Con   esta   hipótesis,  se  deduce  una   ley  que  se  adapta  bastante  bien  a  la  curva  observada experimentalmente, como se ve en la, pero sólo en las zonas de bajas frecuencias es decir, valores altos de longitudes de onda,  pero fracasa estrepitosamente en la zona de las altas frecuencias, donde prevé una emisión de energía infinita, lo que se llamó la catástrofe ultravioleta, ya que ningún cuerpo puede emitir infinita energía.
En definitiva, las leyes y teorías físicas de finales del siglo XIX eran incapaces de explicar de modo completo y satisfactorio, la emisión de energía por radiación.